Descripción
Los
óleos se han utilizado de diversas formas desde el siglo XIV. Hasta ese
momento, el pigmento añadido a una emulsión de huevo era el medio empleado en
la mayoría de los estudios de artistas. Sin embargo, el óleo pronto eclipsó al
temple de huevo en cuanto a popularidad, debido sobre todo a su mayor
versatilidad, más tiempo de manipulación y un resultado más sutil. Las formas
redondeadas y exquisitamente dibujadas típicas del Renacimiento no habrían sido
posibles sin las cualidades que el óleo aportó.
Al
principio, eran los aprendices del maestro pintor los que preparaban los óleos
en el estudio. A finales del siglo XVIII, surgieron en Europa las tiendas de
coloristas, ofreciendo colores previamente molidos. En el año 1832, se funda en
Londres Winsor & Newton.
Aunque
existe un gran romanticismo en la historia del óleo, no cabe duda de que los
colores actuales son de una calidad muy superior a la de aquéllos creados en
siglos, generaciones e incluso décadas pasadas. ¿Por qué? Materiales nuevos,
más permanentes, métodos superiores, así como la experiencia y el conocimiento
técnico acumulado del fabricante suponen una diferencia asombrosa en cuanto a
la calidad del color que los artistas emplean hoy en día.
Ingredientes.
En la actualidad, los óleos tradicionales se producen básicamente mediante el
mismo proceso que se empleaba en el siglo XV. Se mezcla el pigmento con un
vehículo de aceite de linaza ( de la planta del lino) y en algunos casos, con
aceite de cártamo (de color más pálido y que se seca más lentamente). En lugar
de moler a mano cada color, utilizando una piedra o cristal de moler, hoy en
día se consiguen colores de mayor calidad mediante una gran variedad de métodos
de molido. Las decisiones sobre cuántas pasadas por el molino de triple rodillo
se necesitan, cuánto aceite se debe emplear, así como el tipo de aceite a
utilizar, se toman según las características individuales de cada pigmento.
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